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La semilla nunca muere, ¡conecta y se expande!,
¡Camino de guardianas!:

El trueque no es simplemente intercambio de hojas, es un pacto con la tierra, el tiempo y la memoria. Abrimos la puerta al linaje charrúa y al tabaco autóctono de flor blanca, mediante algo tan ancestral cómo el trueque. Buscamos mujeres y comunidades que quieran custodiar la semilla, cuidarla con respeto, y sostener el espiritu del tabaco como medicina ancestral. En Yunta Ancestrales, no hablamos de contacto, hablamos de encuentros.

Hoy abrimos una puerta especial: el Camino de las Guardianas Cultivadoras. No buscamos productoras cualquiera: buscamos mujeres que quieran sostener el espiritu del Tabaco como medicina ancestral. Las semillas que germinan hoy en Yunta nacen en Valizas, Rocha: de flor blanca y con herencia viva de la tierra charrúa, cada brote guarda pureza y memoria, para abrir un nuevo ciclo de custodias y guardianas. Custodiar estas semillas es custodiar un ciclo nuevo: limpio, puro, ancestral. El Guardian que abrió el camino ya no está y su partida nos recuerda que la semilla nunca muere: cambia de manos y se multiplica entre otras custodias.

Conviertete en guardiana de la semilla de Tabaco:

Cada flor que nace en nosotras es memoria, es ofrenda, es raíz. Hoy nos reunimos cómo guardianas, mujeres que siembran bajo la luna, que cultivan con respeto, que honran lo que nunca murió.


Si sentís la llamada de la tierra, del fuego, del aire y del agua, si cultivás con el pulso de la luna, donde la semilla nunca duerme pero la energía se desplaza, quiere decir que lo ancestral respira en nosotras y que este sitio te pertenece, ¡animate a pre-inscribirte!.

Entiende

Hoy no sabemos cuál será el destino. El tabaco crece bajo la luna, acompañado por un círculo de mujeres que lo honran y lo guardan, celebrando la siembra del linaje charrúa, honrando la tierra, la arena, el agua y el fuego. No es comunidad, es renacimiento. El tabaco de Yunta camina con nosotras, y con la memoria de quienes lo custodiarán siempre. El linaje respira, entre mujeres que siembran en círculo y celebran la fuerza de la tierra que resiste. Lo que antes era tarea de uno hoy es canto de muchas. La flor blanca de nuestro tabaco recuerda la pureza del origen, de un linaje que nunca se extinguió, aunque lo quisieran enterrar en silencio. La luna marca el ritmo, la tierra ofrece la raíz y el camino abre el linaje que flocere en el viaje.